Súbitamente abrí los ojos. Me senté sobre el suelo que contenía mi sueño y me quedé mirando a mi alrededor, no pude reconocer nada de lo que se me presentaba delante; ahora, después de unos segundos puedo ver que hay muchas personas durmiendo allí cerca, pero nadie conocido… ¿Cómo habré llegado aquí? Bueno… para empezar, ¿En dónde estoy? Sólo puedo reconocer dos cosas, la inmensa oscuridad de los últimos instantes nocturnos y este dolor de panza que me lleva al borde del retorcijón.
Ahí cerca hay un viejecillo que tampoco está durmiendo, pero sigue recostado y con los ojos apretados, como si no quisiera mirar algo, voy a preguntarle en dónde estamos… Pero primero debo encontrar un baño, ni modo de dejarles un regalito a estas personas para quitarles las ganas de desayunar cuando despierten… Pero dónde habrá uno, a mí se me hace que mejor voy a dar el rol, a ver si encuentro.
La calle está sucia, seguro que los barrenderos no se pasean muy seguido por acá, lo malo es que a estas horas no creo que haya muchas opciones para descomer como Dios manda…
Los güeyes de las loncherías siempre se ponen de apretados… ¡pero en las gasolineras siempre hay baños! lo malo es que cobran y yo que ando más bruja que la jefa del chalito, ese que andaba siempre todo chamagoso, con los mocos secos debajo de la narizota y que nadie se quería juntar con él porque tenía piojos marcianos que iban devorando el cerebro para hacer experimentos con los niños.
Pos ahí junto al parque hay unos bañitos portátiles, de esos que parecen como una cabina de teléfono, supongo que si no hay más opción, mis nalguitas tendrán que compartir utensilios con la plebe…
Vaya susto con esos pinches inodoros cantarines; mejor me juyo a seguir buscando, porque si me siento a hacer masita en estos baños endemoniados, en una de esas me muerden una telera ¿y pa’ qué quieres? Al fin que ya va a amanecer, el frío está arreciando y sopla un vientecillo que no puede significar otra cosa que no sea eso: que el sol está próximo a mostrarse por estos lares…
¿Pero dónde me zurro? Mejor me largo a buscar moneditas en los teléfonos, a ver si algún superhéroe despistado dejó su cambio el muy baboso, con eso podría pagar en una gasofa…
Lo malo es que poco a poco empieza a haber más gente en la calle, pero nadie conocido, ni banquetas, ni camiones. Nada me parece familiar, hasta las calles tienen nombres bien raros, me cae…
lunes, 1 de junio de 2009
.01. Ronda 1.5
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1 comentarios:
Bienvenido And, eres la gran cosa, esperemos que te guste nuestro blog, oh gracias, claro que me gustarà por lo menos esta nueva ronda porque las otras que leí no me gustaron, esta lleva más absurdo y por lo tanto me gusta más
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